martes, 21 de septiembre de 2010

Ni armas ni dinero

Autor: José Danor
Un “pequeño” asunto no recibe el destaque suficiente en el marco de optimismo que reina, hasta el momento de escribir estas líneas, en las negociaciones de paz con los palestinos: la ruptura entre Al-Fatah y Hamás una vez que el movimiento terroristas se hizo con el control de la Franja de Gaza por medio de un sangriento golpe armado que en las zonas bajo control palestino todos prefieren olvidar.
Es que para ellos el único factor de violencia en la zona es Israel; las matanzas internas son apenas una señal de carencia de fraternidad fácilmente subsanable.
Como bien lo dice el documento de Al-Fatah que reproducimos en esta misma edición: el Estado palestino, el día que se establezca, comprenderá la región de Judea y Samaria, con límites a determinar, y la Franja de Gaza.
Por el momento esto parece más que un sueño. Las gestiones que cumplieron los egipcios en su momento finalizaron en un estrepitoso fracaso y los intentos en reanudarlas provocaron nuevas ofensas.
Las relaciones entre el Gobierno de El Cairo y los líderes de Hamás se deterioraron y recién en los últimos días se dio algo que podría provocar un cambio: Haled Mashal viajó de Siria a Arabia Saudita para conversar con el jefe de Inteligencia, general Omar Suleimán. La entrevista se mantuvo en reserva hasta que alguien filtró su realización a un periódico árabe que se edita en Londres.
Es que para el gobierno de Mubarak, un nuevo fracaso en este espinoso asunto sería un punto en contra cuando la ciudadanía del país se prepara para las próximas elecciones.
Al mismo tiempo, dando muestra de la impaciencia y el rechazo que provoca el accionar de Hamás, fuerzas egipcias de seguridad detuvieron al encargado de Inteligencia de Hamás, conocido como Abu Radwán. Estaba a punto de abordar un avión hacia un destino que no fue revelado. Egipto lo responsabiliza por el contrabando de armas a través de los numerosos túneles que unen territorio egipcio con el de Gaza.
Esta detención llega, además, pocos después que tropas egipcias descubrieron grandes depósitos de cohetes en el desierto de Sinai que tenían el mismo destino.
Cuando se reúnen los líderes israelíes con los palestinos el tema no puede estar ausente de la agenda. La presencia de Hamás, representante del régimen iraní y de los terroristas de Hizbollah es el verdadero obstáculo para la paz, no solamente de Israel sino principalmente de los vecinos árabes.
Estados Unidos, tan diligente en presionar a Israel para que continúe la congelación de los asentamientos en Cisjordania, no hace nada para detener el traspaso de dinero proveniente de naciones islámicas “moderadas” que alimentan la maquinaria de terror de Hamás y otras organizaciones tanto en la Franja deGaza como en Siria y otras partes.
Israel debe aceptar un compromiso si pretende llegar a la paz; lo mismo saben los palestinos. En cambio los países pertenecientes a la Liga Arabe sienten que pueden quedar bien con Al- Fatah respaldando las conversaciones, en forma simultánea, financian atentados en Oriente Medio y en otras regiones, algo que resulta inaceptable. Para detener a Hamás y sacarlo de su posición de mando es necesario no solamente embargar el envío de armamento sino detener por completo la llegada de dólares a los bolsillos de los terroristas.

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